viernes, 17 de octubre de 2008

Chang

Chang Tsé Wong, aseguraba con fervencia tener una plantación a nombre suyo en el puerto de Hai Phong en la provincia de Xi' ang, justo donde no se entiende la división política entre la China y el Siam. El viejo y siempre solitario Mario, el único verdadero amigo de Chang, escuchaba cada fin de año, desde hace doce diciembres, una diferente planificación maravillosa para regresar a reclamar su plantación, partiendo según Chang, el primer día del año a comenzar, ya que creía que esto le daría suerte en su travesía. "Todos los chinos de este puerto mediterráneo llegaron en barco, yo también, pero mañana regresaré por tierra, el mar esta vez, no me ha hecho bien, así que ahora tomo el tren primero del año y regreso por mi plantación" esta fue la primera vez que Mario escuchó de la plantación de Chang y de su propuesta.
"¡Ningún tren, parte este día Mario! he peleado en la estación hasta que me echaron, estoy disgustado, hoy no parto, tal vez mañana".
Durante doce inviernos después, Chang había expuesto planes de retorno que estudiaba todo el año. Hay un tren de carga, viajaré en el contenedor de las nueces, así no pasaré hambre; la ruta no cruza el medio oriente, pero puedo llegar a la India comprando dos camellos, por sí uno muere, o necesito venderlo; ¡olvida los camellos Mario! tienen cinco caballos en venta, tal vez pueda llevarlos conmigo y olvidarme del tren, el capo de estación ya me reconoce; ¿haz escuchado lo de la excursión? Los ingleses partirán para el desierto del Gobi ¡justo el primero de enero! de Mongolia puedo entrar a la China por el norte; El viejo Klein, el alemán que llegó en julio, me dijo que aquel que reparara su vieja máquina del veintidós, la recibiría de recompensa; ¿cuánto combustible se necesita para cruzar el Asia Mario?; casi termino el globo! solo el ajuste de las cuerdas y el tanque propulsor; basta de maquinarias, mañana me enrolo en la armada, tal vez me envíen con los otomanos, ahí dejaré de ser soldado, un chino puede pasar desapercibido, cruzaré el reino árabe y llegaré a donde las montañas, peregrinaré con los monjes hasta Xi' ang.
Y esta fue la doceava propuesta que Mario escuchó el 31 de Diciembre del treintaicho. El día sigueinte, el primero de Enero del treintainueve, Chang partió, Mario acabó su café solo, el de Chang se había enfriado, esa tarde no escuchó escusas del chino comerciante, que hace doce años había llegado al puerto donde Mario tenía su casa. Mario, volvió a ser solitario.

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