viernes, 17 de octubre de 2008

Genova. luglio duemileotto

Ya se puso mas caliente que hace rato. Son casi las tres de la tarde. Encontré una sombra no muy buena, San Agustino, una iglesia y enfrente un museo. Sigo mi camino. Tres con veinticuatro minutos, llegué, redescubrí el lugar donde empecé a leer Pedro Páramo del señor Rulfo, a mis veinticuatro años de edad apenas lo estaba conociendo. Pedro Páramo fue mi padre esos días en la Liguria.
La fascinación rectangular de pequeños pilares de mármol delante de las due torri que me imagino, servirían como una puerta de la ciudad. Una especie de noria al centro del rectángulo, que en realidad solo era una pila, en cambio detrás de los pilares delgados sobresalían los olivos, que pasaron desapercibidos a mi vista acostumbrada al matorral de la aridoamérica, me fue difícil reconocerlos de primera. A alguno, le escuché decir, que tenían ahí tiempos antes de América, claro, el mundo antes de América, era Europa y los fines del mundo en forma de maravillosos dibujos cartográficos que excitaban y alteraban las imaginaciones. Bajando un poco por la strada al lado de esta construcción, o mejor dicho, delante de esta construcción, estaba la casa de Cristóbal Colón. Arianna me dijo que me hablaba cuando salía del hospital. No lo ha hecho. Aún no sale, pienso. Vi un choque de dos autos antes de llegar a esta plaza del rectángulo, fue en via San Lorenzo, justo fuera de casa de Erika, el auto alfa romeo negro de un joven arremetió con la parte trasera del compacto amarillo de un viejo, la luz cambió a verde peatonal, y fui el único en cruzar, la demás gente se quedó viendo a esperar la confrontación de los conductores luego del percance, también los del bar salieron a ver y opinar a risas megafónicas lo sucedido, la familia que no cruzó también opinó entre ella, las chicas de la bicicleta se detuvieron cerca de los coches para analizar visualmente los daños y dictaminar la desgracia de perdida material expresándolo todo solo con sus caras. Se lo he dicho antes a Ari, no existe la discreción en Italia.

Génova, Italia, Junio 08

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