martes, 14 de octubre de 2008

El primer dia que salió a comprar las flores, para su otra ventana, el robusto vendedor le hace una pregunta- ¿peonias?, aquí no hay, ¿de donde viene usted?

[]

Villa de Valles está del otro lado del mundo. Es pequeña, propia como una villa, fincada entre tres montañas; Cerro Verde, la grande, Orizaba, la azúl y Las Cruces, llamada así por dos razones: la primera es por las tres cruces de tronco grueso en la cima, la segunda es por que asi se llaman otras en otros mil pueblos.
Pasando las cruces de tronco, justo en la cima, esta la huerta de Doña Santana detrás de la conocida Gran Hacienda.
Solo hay una casa de pan en Villa de Valles, la de la señora Hortencia, están tan buenos que ya los empiezan a pedir en Bonanza, Concha del oro y Juchitán, y tan pronto Emilio consiga su camión, enviará también pedidos a la gran ciudad metropolitana. Una iglesia sin cura aún, ya que se han tardado en enviar al sustituto del viejo Alzace, desaparecido luego de su acostumbrada peregrinación de la madrugada a Cerro Verde. Sólo los arreglos de flores hechos por Don Javier y fam. estan en su lugar en la iglesita. Rosas, claveles, gladiolas, geranios, pensamientos, orquideas oriundas de Valles, azucenas, peonias, alcatraces, margaritas y girasoles de orizaba, son las que anuncia un letrero fuera de la florería de Villa de Valles de Don Javier y Familia, sin embargo, dentro de la tienda encuentras milquinientos tipos de flores más. Ahí compraba mis flores.

[]

Hermenegildo Galeno
es de aquellos de bigote ancho,
vendedor de flores del pequeño pueblo,
ha escuchado hablar por primera vez de Villa de Valles.
Y es la primera vez que alguien le pide peonias.

No hay comentarios: